Veronica officinalis L.
Planta perenne de tallo rastrero, ramificado y con hojas opuestas, ovales y dentadas. De sus axilas brotan espigas erguidas formadas por flores blancas o azuladas. Su fruto es una cápsula. Toda la planta está cubierta de vello. Se trata de una especie común en Europa y en América, que abunda sobre todo en las zonas de prados secos, en los pastos y en los bosques.
Con fines medicinales se recolectan las sumidades (herba veronicae); se cortan a mano, y en plena floración, las partes superiores de los tallos, que se ponen rápidamente a secar a la sombra y en lugar aireado. Las flores deben permanecer sobre sus tallos, y las hojas no deben oscurecerse. La droga contiene taninos, jugos amargos, aceite esencial, ácidos orgánicos y vitamina C. La medicina popular la recomienda para estimular el apetito, contra los trastornos digestivos y la tos; debe tomarse en infusión preparada con una cucharadita de productos por cada taza de agua hirviendo, se deja en infusión durante 6 minutos y se ingiere dos veces al día. El jugo de hojas frescas (2 cucharaditas en té o en leche, para beber en ayunas) se ha empleado para estimular los intercambios metabólicos y contra las afecciones renales y reumáticas. La decocción servía como gargarismo, como cataplasma caliente y para preparar baños dérmicos y antirreumáticos. En nuestros días la verónica se utiliza cada vez menos, pues sus virtudes medicinales no están totalmente confirmadas.
Época de floración: VI-VIII
Cosecha: sumidades VI-VIII