Verbena officinalis L.
Planta herbácea perenne de tallo anguloso, ramificado en su parte superior y con hojas opuestas y recortadas. Sus frutos son tetraquenios. Se trata de una especie extendida por Europa, Asia y África, que crece entre los escombros, en las cunetas y en lugares abandonados, permanentemente al abrigo del viento. Desde siempre ha estado considerada como medicinal. Los soldados romanos llevaban tallos de esta planta en sus alforjas como remedio contra las heridas; y también ha servido para la preparación de filtros amorosos. Desde el punto de vista medicinal, la verbena se ha venido utilizando con eficacia contra la fiebre y las cefaleas.
Para uso medicinal se recolectan sus sumidades (herba verbenae) al inicio de la floración, antes del comienzo de la formación de los frutos. Tras un secado a la sombra y en lugar bien ventilado, o en secadero a menos de 40° C, la droga contiene glucósidos: verbenalina y verbenina; taninos, aceite esencial, mucilago, saponina y sales minerales. Se usa internamente, en forma de maceración o de infusión, para estimular el apetito y la secreción de jugos gástricos; es decir, como planta amarga y astringente. La maceración se prepara a razón de 3 cucharaditas de productos secos por cada 2 tazas de agua; la infusión con 2 a 5 gramos por cada taza. La verbena es un excelente estimulante de los intercambios metabólicos internos; actúa contra el agotamiento nervioso, el insomnio y la migraña. Es un buen diurético, que se emplea en caso de afecciones renales o hepáticas. También es expectorante. En aplicación externa sirve para preparar gargarismos y para curar las erupciones dérmicas.
Época de floración: VII-IX
Cosecha: sumidades VII-VIII