Filipendula ulmaria (L.) MAXIM. (sin.: Spiraea ulmaria L.)
Planta perenne de tallo erguido y rematado por un corimbo de flores de color crema. De su tallo brotan hojas alternas, imparipinnadas, irregularmente dentadas y provistas de estípulas palmadas. Los frutos son vesículas monospermas. Dicha especie, relativamente común en estado silvestre, crece junto a los ríos, cerca de las fuentes y en los lugares húmedos. Se emplea como planta medicinal desde la antigüedad.
Generalmente se recolectan sus flores (flos spirae), dejándolas secar en capa fina y regular, a la sombra o en secadero, a una temperatura que no sobrepase los 35°C. También se pueden coger las hojas jóvenes y los rizomas (folium, radix spirae). Todas ellas contienen glucósidos, la gaulterina y la espireína, indicios de heliotropina, un pigmento amarillo, vainillina y ácido salicílico libre, que aparece por descomposición de la gaulterina.
Se emplean las flores secas para preparar tisanas antigripales, como diaforéticas para bajar la fiebre y contra los dolores reumáticos. Tanto las hojas como las flores tienen un poderoso efecto diurético y son empleadas para calmar los dolores de vejiga y riñones. Se consumen en infusión (1 cucharadita por cada taza de agua; 2-3 tazas diarias) o en maceración (1 cucharadita por cada taza de agua, dejando macerar durante 10 horas). Tanto la decocción como la maceración, o la planta misma, desprenden el olor característico del éter metílico del ácido salicílico.
Época de floración: VI-VIII
Cosecha:
- Flores: VI-VIII
- Hojas: V-VI
- Rizoma: X-XI y IV