Trifolium repens L.
Planta herbácea perenne de tallo radicante, y ascendente en su parte superior. De este tallo rastrero brotan hojas trimeras, de largos peciolos y con una mancha blancuzca en su haz. Sus flores, de color blanco, se agrupan en cabezuelas, también soportadas por largos pedúnculos. Tras su floración, las cabezuelas se oscurecen y se inclinan hacia el suelo. Sus frutos son vainas con semillas de color ocre (ver figura, abajo). Se trata de una especie abundante en las praderas, los pastos, los bordes de los caminos y los campos de juego. Está considerada como una excelente planta forrajera.
Con fines medicinales se recolectan las cabezuelas (flos trifoli albi), que se cortan a mano, junto con un pequeño pedúnculo, al inicio de la floración. Se ponen a secar en finas capas sobre cañizos, a la sombra y en una corriente de aire. En secadero, la temperatura no debe superar los 35° C. Las cabezuelas ofrecen un olor a miel y un sabor ligeramente astringente. Se almacenan en seco en recipientes cerrados. Sobre todo, contienen taninos. La medicina familiar las emplea para curar los catarros gastrointestinales y las fuertes diarreas. El trébol blanco sirve también para tratar los trastornos de las vías respiratorias superiores; incluso en inhalaciones, las inflamaciones glandulares y los dolores reumáticos. Se prepara la infusión con seis cucharaditas de flores cortadas, que se ponen a hervir en agua y se dejan macerar durante diez minutos. También pueden emplearse flores frescas.
El trébol blanco vuelve a crecer rápidamente tras su siega. Se trata de un excelente alimento para las abejas, pues puede llegar a proporcionar hasta 100 kg de miel por hectárea.
Época de floración: VI-IX
Cosecha: flores VI-IX