Las tisanas, las mezclas para infusiones y los aromas terapéuticos son mezclas de plantas reducidas a fragmentos, en ocasiones con adición de otros productos medicinales. Las tisanas pueden ser simples (hipérico, tila, manzanilla) o compuestas.
Cuando otros productos simples (ácido acético, bicarbonato) hayan de ser incorporados a la parte vegetal, se humedecerá ésta con aquellos productos en solución. Así, tras la evaporación del líquido, su adherencia será mayor. Por ejemplo, la farmacopea prescribe, para una tisana laxante (species laxantes), humedecer semillas de hinojo molidas con una solución acuosa de tartrato sódico-potásico y ácido tartárico. Tras su secado, estos elementos no deberán alterar el aspecto de la tisana.
Las plantas destinadas a la preparación de tisanas o comprimidos deberán ser previamente picadas, molidas o pulverizadas. Para obtener las partículas del tamaño adecuado, se utilizan tamices o mallas de las debidas dimensiones. Se intentará, en la medida de lo posible, eliminar el polvo formado al fraccionar las plantas para infusiones.
Cuando se vaya a preparar la mezcla para una infusión, se pesará cada ingrediente por separado, a ser posible en una bolsita de papel, ya que se trata de partículas a la vez ligeras y voluminosas. Una vez pesadas todas las plantas, se depositan en una gran hoja de papel blanco bien limpia y se mezclan con una cucharilla o con un trozo de papel bristol. La mezcla se hace siguiendo el orden de las cantidades relativas, empezando por las drogas más abundantes (sin contar frutos y semillas). Los frutos, semillas o resinas se añaden al final de la operación tras una trituración elemental. Finalmente, se elimina el polvo por medio de un tamiz del nº 4 y se vuelve a mezclar.
Hay que evitar la mezcla de composiciones recién preparadas con restos de anteriores infusiones. Las mezclas para compresas se preparan con drogas pulverizadas grosamente; tanto en la farmacia como en casa deberán ser rotuladas con el texto: «para compresas, uso externo», evitando así cualquier confusión.
Para clasificar las infusiones se utiliza una cucharilla o una cuchara. Salvo indicación contraria, y para un vaso de agua (unos 150 ml), se tomará una cucharada (unos 3 g) cuando se trate de mezclas que contengan fundamentalmente hojas, pedúnculos foliados o flores; y una cucharadita (1,5 g más o menos) cuando tengan sobre todo raíces, tronco, frutos o rizomas.
Las mezclas destinadas a tisanas deben ser conservadas en tarros bien cerrados, protegidos de la luz y de la humedad. Cuando se trate de sustancias muy tóxicas (digital, muérdago, lirio de los valles, beleño, belladona, acónito), tanto la cantidad total como las dosis deberán imperativamente ser prescritas por un médico.
EXTRACTOS
Junto a las infusiones, la medicina natural recurre con mucha frecuencia a los extractos vegetales. La extracción es un proceso que incorpora las sustancias activas de una droga a un determinado líquido, en forma de disolución. Puede desarrollarse en frío o en caliente, con agua, con alcohol o con otros disolventes. A veces el extracto obtenido se espesa o concentra.
Maceración (maceratio)
Se trata de un proceso de extracción a temperatura ambiente (de 15° a 20° C). Puede utilizarse agua, alcohol, o a veces vino. El tiempo de maceración depende de las propiedades intrínsecas de la droga; la maceración en agua no debe alargarse durante demasiado tiempo, con el fin de evitar una posible fermentación o formación de moho. Las drogas con contenido de mucílagos (lino, malvavisco) se deberán macerar durante media hora aproximadamente; y las aromáticas o amargas entre dos y doce horas. Salvo prescripción médica, las maceraciones se preparan a razón de una parte de planta por veinte de agua o de alcohol. En general, el tiempo de maceración se da en horas.
Percolación (percolatio)
Se trata de una extracción a temperatura ambiente (de 15° a 20° C), por medio de un líquido que circula. Es el procedimiento normal de extracción de las sustancias tóxicas. El percolador, recipiente de vidrio cónico dotado de un grifo, sirve para la fabricación en el laboratorio de pequeñas cantidades de extractos vegetales.
Digestión
Es una extracción a temperatura más elevada; pero sin superar los 50° C. Se extrae normalmente a 35°/40° C, durante un tiempo comprendido entre media hora y veinticuatro horas, agitando de vez en cuando el recipiente. Este es el procedimiento que se emplea con las partes vegetales duras o con las plantas que contienen sustancias difícilmente solubles.
Infusión (infusium)
La infusión, extracción en agua, es el procedimiento más corriente y clásico de utilización de los remedios vegetales. Se actúa de la siguiente manera: la planta, correctamente fraccionada, se sumerge en la cantidad prevista de agua hirviendo. Se deja reposar durante 15 minutos en un recipiente cerrado de vidrio o porcelana, removiendo de vez en cuando. Finalmente se filtra el líquido a través de algodón, papel filtro, tamiz fino no metálico, o filtro de vidrio poroso. Salvo indicación contraria, se emplean 10 g de líquido por cada gramo de droga. Cuando se trate de drogas tóxicas, será evidentemente el médico quien determine las cantidades que se han de emplear.
La infusión de raíz de malvavisco o de regaliz se prepara con fragmentos cortados de forma grosera; la de lino con las semillas enteras. Todas las drogas aromáticas pueden prepararse de esta forma, pues sus aceites esenciales volátiles no se vaporizarían sino a mayor temperatura.
Decocciones (decocta)
Se trata de una extracción en agua, con un cierto tiempo de ebullición. Las partes vegetales correctamente fraccionadas (pedúnculos foliados, raíces, hojas, flores) son sumergidas en agua potable, calentadas y hervidas durante unos 15 minutos. Las partes duras son hervidas durante un tiempo de hasta una hora, teniendo cuidado de reponer el agua evaporada.
Se filtra la decocción a través de un paño, exprimiendo bien toda el agua, para a continuación ajustar el nivel del líquido mediante una probeta graduada. Al igual que en la infusión, se añade una parte de droga a cada diez de agua, excepto para las drogas con mucílagos (malvavisco, semilla de lino) en las que la proporción es de una parte de droga por veinte de agua.
VINOS MEDICINALES (VINA MEDICATA)
Son soluciones de drogas o de otros productos medicinales, en un aceite graso. Se utilizan interior o exteriormente, o incluso, con esterilización previa, en inyecciones. En el sentido más estricto del término, se trata de todos los aceites vegetales (girasol, almendra, oliva).
LINIMENTOS (LINIMENTA EXTERNA)
Se trata de preparados más o menos líquidos, a veces en forma de gel, que se licúan con el calor del cuerpo. Contienen productos medicinales en solución, suspensión o emulsión en un líquido apropiado, y se aplican sobre la epidermis, con o sin penetración. Citaremos por ejemplo el célebre linimento opodeldoc, que se utiliza contra los dolores reumáticos (linimentum saponato-camphoratum).
A menudo se emplean, con los mismos fines, determinadas drogas, como aceites esenciales, aceites, jabones, en solución alcohólica; es el caso de la esencia de espliego (spiritus lavandulae). La maceración en aceite, en presencia de alcohol y de amoníaco, de hojas de beleño, produce el aceite de beleño (oleum hyoscyami); de la misma forma se prepara el aceite de hipérico (oleum hyperici).
El pildorero sirve para la fabricación manual de píldoras en la farmacia, siguiendo lo prescrito en recetas ya experimentadas. Se compone de una placa de madera y de un cuchillo metálico con muescas, que se corresponden con una forma metálica de las mismas dimensiones, que permite dividir la masa preparada en un determinado número de píldoras regulares. A continuación se les da forma y son puestas a secar.
AGUAS AROMÁTICAS MEDICINALES (AQUAE AROMATICAE)
Las aguas aromáticas son soluciones acuosas saturadas de aceites esenciales, casi siempre con adición de alcohol. Deben ser utilizadas dentro del mes siguiente a su preparación.
El agua carminativa goza de un gran favor (aqua carminativa). Se prepara por medio de las siguientes esencias: alcaravea, limón, cilantro, hinojo y menta. Se procede así: se toma 0,1 g de cada aceite esencial y se disuelven en 2,4 g de alcohol de 95°, añadiendo a la mezcla 5 g de talco (talcum). A continuación se agita la mezcla con 1000 g de agua y se filtra. El agua roja carminativa (aqua carminativa regia) se prepara de una forma similar.
JARABES (SIRUPI)
Se trata de soluciones concentradas de azúcar en agua o en extractos de droga que, por otra parte, pueden contener a su vez otras sustancias. Su utilización es por vía oral. Podemos citar el jarabe compuesto de tomillo (sirupus thymi compositus) o los simples de malvavisco (sirupus althaeae), de frambuesa (sirupus rubi idaei) y de llantén (sirupus plantaginis). Estos preparados galénicos son sobre todo útiles en pediatría, donde se emplean con frecuencia por sus virtudes expectorantes y su acción contra la tos.
PÍLDORAS (PILULAE)
Las píldoras son preparados sólidos, dosificados de forma precisa y destinados a tomarse por vía bucal. Para su preparación se utilizan, junto a la sustancia activa principal, otros productos auxiliares, a menudo de origen vegetal, como el regaliz, el jugo de regaliz, los polvos de raíz de malvavisco, de valeriana, de genciana, el extracto de levadura, etc.
Las píldoras deben tener una forma esférica, deben ser relativamente duras y ligeras y han de estar bien secas. Para evitar que se adhieran entre sí, se las espolvorea con esporas de licopodio o de raíz de regaliz. Su preparación es bastante laboriosa, pues deben ser cortadas a mano en un pildorero a partir de una masa previamente preparada. Antiguamente se preparaban grandes cantidades de píldoras en las oficinas farmacéuticas; hoy día se usan con preferencia los comprimidos ya elaborados.
Polvos
Muy a menudo se utilizan las drogas secas en forma de polvos. Se trata de substancias reducidas a muy pequeños fragmentos, tal y como ya lo hemos visto anteriormente (página 42). Los polvos, tanto de drogas simples como compuestas, se utilizan con mucha frecuencia.
Como simples, de una única droga, podemos citar el ruibarbo, el ácoro o la digital; y como compuestos, los polvos de raíz de regaliz (pulvis liquiritiae compositus), los cuales, además del componente que les da el nombre, contienen otros productos. Algunos polvos se destinan al uso externo (pulveres adspersorii).
Tabletas (Tabulettae)
Las tabletas son preparados sólidos, dosificados, fabricados con remedios y drogas vegetales reducidos a polvo. Destinadas al uso interno, se ofrecen con todo tipo de formas y presentaciones: comprimidos, grageas, pastillas, según sea el mecanismo de su absorción. Las tabletas se fabrican de forma industrial, por prensado de los medicamentos y de las substancias anejas.
Ningún laboratorio de farmacia puede prescindir de un mortero. Sirve para pulverizar las drogas y para preparar la masa de las píldoras. Por otra parte, el mortero se toma a menudo como símbolo e insignia oficial de la profesión de farmacéutico.
Para facilitar su fraccionamiento y dosificación precisa, las tabletas pueden llevar una raya o una cruz en su superficie. Las grageas se protegen con una disolución, de forma que sus materias activas no sean absorbidas hasta su llegada al intestino.
Hoy día, tan sólo las materias activas aisladas son transformadas en tabletas, y se somete su distribución a un severo control biológico, químico y clínico, tanto por parte del fabricante como del Estado. Podemos citar como ejemplo los alcaloides de la digitalina; comprimidos de digitoxina, de acelildigitoxina y de lanatoside C, y alcaloides del cornezuelo y del opio.
Inyectables (Injectiones)
Hay materias puras aisladas y productos químicos que pueden destinarse a ser administrados mediante inyecciones (uso parenteral). Estos productos se introducen debajo de la piel, en un músculo o en una vena mediante una jeringa provista de una aguja; siempre bajo control médico. Tal ocurre con la atropina, morfina, digitoxina, dihidroergotamina, ergometrina y otros alcaloides, así como con determinadas substancias medicinales.
En ciertos casos se inyectan también extractos vegetales, como por ejemplo en el tratamiento de las inflamaciones y de los bio-impulsos, así como en alergologías para diagnosticar, y después tratar, la fiebre del heno debida al polen. En estos casos se recurre a extractos de polen de gramíneas y de otras plantas.
Inhalaciones (Inhalationes)
Se pueden emplear en inhalaciones substancias gaseosas o volátiles (esencias), líquidos muy finamente pulverizados o dispersados (aerosoles) o incluso remedios en polvo muy fino. Se aplican las inhalaciones en la laringe, cavidades nasales, garganta y bronquios, y ello de diversas formas, preferiblemente con ayuda de un inhalador o de un nebulizador. También puede inspirarse el humo de determinadas drogas vegetales en forma de polvos o de cigarrillos antiasmáticos (cigarettae antiastmaticae).
SUPOSITORIOS (SUPPOSITORIA)
Los supositorios son preparados sólidos, dosificados, fabricados mediante una mezcla de sustancias activas con manteca de cacao o con otra sustancia que se funde a la temperatura del cuerpo. Pueden tener diversas formas y se introducen bien por el recto (per rectum) o bien por la vagina (per vaginam), en el caso de los óvulos vaginales.
UNGÜENTOS (UNGUENTA)
Los ungüentos medicinales son preparados aplicables a temperatura ambiente, y se reblandecen a la temperatura del cuerpo. Se aplican extendiéndolos sobre la epidermis, las mucosas o tejidos dañados.
Los ungüentos están formados por la droga, un soporte graso, como la vaselina, aceite, lanolina, sain, y sustancias sintéticas. Junto a los ungüentos ordinarios, existen también pastas de consistencia más o menos sólida y, en cosmética, cremas que no son más que ungüentos finos, de variada consistencia y con más del 10% de contenido de agua.
EMPLASTOS Y JABONES MEDICINALES (EMPLASTRA, SAPONES)
Los emplastos son preparados medicinales destinados a ser aplicados sobre la piel. Se reblandecen a la temperatura del cuerpo y se adhieren a la epidermis sin fundirse. Además de los componentes activos, los emplastos contienen sales de plomo, ácidos grasos, resinas y extractos vegetales (pimiento, mostaza).
Los jabones medicinales contienen a menudo drogas vegetales, pero también azufre, brea de abedul (Pix liquida) y diversos aceites esenciales.