Sempervivum tectorum L.
Planta herbácea perenne cuya roseta basal está formada por hojas suculentas. En terreno seco, tanto en la naturaleza como en los jardines, forma un tapiz. Sus rosetas viejas, bien maduras, producen al principio de la primavera un bohordo rematado por una cima escorpioide compuesta por multitud de flores rosadas. La roseta foliada muere después de la floración. La planta se reproduce sobre todo por vía vegetativa y a través del arraigamiento de las rosetas hijas. La siempreviva se cría bien entre los escombros y en las rocas que hayan sufrido los efectos de la erosión. Aparece plantada con frecuencia en jardines y rocallas; antiguamente también era cultivada sobre las paredes y los tejados, porque se creía que tenía el poder de alejar los rayos.
Con fines terapéuticos se recolectan sus hojas (folium sempervivi) a mano, en plena floración y con tiempo estable. Extendidas sobre cañizos, deben ser removidas a menudo, ya que secan muy despacio. Contienen taninos, principios amargos, azúcares y mucílago. La siempreviva forma parte de las plantas medicinales que ya casi no se utilizan hoy día. Antiguamente, la medicina popular la empleaba contra las diarreas violentas. Las hojas frescas machacadas, o simplemente su jugo, calmaban las picaduras de insectos y las urticaciones. El jugo de hojas frescas, diluido en agua, servía también para hacer gargarismos y lavados de boca contra las inflamaciones de la mucosa bucal.
El género comprende un gran número de especies que se cruzan entre sí, y han dado origen a una multitud de híbridos ornamentales. Son plantas poliníferas y melíferas.
Época de floración: VII-VIII
Cosecha: hojas para conservación VII-VIII; hojas frescas V-IX