Sambucus racemosa L.
Arbusto de ramas parduzcas, que encierran una pulpa de color pardo claro. Sus hojas imparapinnadas son alternas y sólo se desarrollan tras la floración. Las flores se agrupan en panículas terminales; son de color verde amarillento y tienen un olor harinoso. Sus frutos son pequeñas drupas rojas. Se trata de una especie abundantemente extendida por Europa central y meridional. Se encuentra en los bosques claros, en los calveros y en las colinas con matorrales, en todos los casos como planta adventicia.
Se recolectan sus frutos (fructus sambuci racemosi) bien maduros, por sus propiedades medicinales y refrescantes. Se corta toda la panícula y se la pone a secar sobre cañizos en una corriente de aire, o mejor aún en secadero a 45° C como máximo. Las bayas deben conservar su color rojo y su sabor acidulado. Se almacenan en seco en recipientes cerrados. Contienen vitamina C y B, aceite, azúcar, pectinas, pigmentos orgánicos, ácidos e indicios de glucósidos.
Los frutos frescos son los más ricos en materias activas, resultan sudoríficos y febrífugos. También contienen antisépticos vegetales, que frenan el desarrollo de microorganismos nocivos en el tracto digestivo. Se los utiliza en infusión, tanto frescos como secos, tras una corta ebullición; para ello se sumerge toda la panícula en té hirviendo, en agua caliente o en otra infusión, se añade azúcar y se toma en el mismo día. No hay que abusar de este remedio, pues puede provocar diarreas o vómitos.
Época de floración: IV-VI
Cosecha: frutos VIII-IX