(Lycopus europaeus L.)
Planta vivaz, de tallo erguido y anguloso, con hojas elípticas, opuestas, profundamente dentadas, en cuyas axilas brotan verticilos impares con pequeñas flores violáceas. Su fruto es un tetraquenio. Resulta una especie corriente en Europa y en Asia, sobre todo en lugares húmedos y ricos en nitrógeno: alcantarillas, cunetas, terrenos pantanosos, y proximidades de zonas habitadas. En la Edad Media era utilizada contra la malaria.
Para el uso medicinal se recolectan sus sumidades (herba lycopi europaei), que se recogen a mano en plena floración. Se extienden los pedúnculos en finas capas en cañizos, y son desecados en un lugar bien ventilado o en secadero, sin superar los 35°C.
Contienen un aceite esencial, taninos, principios amargos y ácidos orgánicos. Antiguamente el pie de lobo servía para tratar la insuficiencia de tiroides o la enfermedad de Basedow. Se toma como infusión en dosis de 1 a 2 cucharaditas por una taza de agua, 2 a 3 veces al día; o en forma de preparados dosificados con precisión y bajo control médico. También se emplea en caso de trastornos nerviosos, como sentimiento de angustia, palpitaciones cardíacas y calambres. Es un tónico cardíaco cuyos efectos, sin embargo, sólo se manifiestan tras un largo tratamiento. El Licopo de Virginia (L. virginicus), espontáneo en el continente americano, consigue los mismos efectos.
Época de floración: VII-IX
Cosecha: sumidades VII-IX