Lamium album L.
Planta herbácea perenne, de tallo anguloso ascendente con hojas opuestas cordiformes. En la axila de las hojas superiores, crecen verticilios impares de flores blancas. Los frutos son aquenios. Unos finos pelos cubren toda la planta. Esta especie es corriente en Europa y aparece como mala hierba en los jardines, entre la maleza y en lugares no cultivados.
Como planta medicinal, se recolectan sus flores (flos lamii albi) a mano y con tiempo seco; se colocan rápidamente en capas finas a la sombra o en un secadero, a una temperatura máxima de 40°C. Las flores secas presentan un olor meloso y un sabor amargo. Se conservan en sobres cerrados y en un lugar oscuro. Contienen mucílagos, taninos, saponina, glucósidos y jugos minerales. Son ligeramente astringentes y brindan un efecto antiinflamatorio y diurético. Facilitan la expectoración y son eficaces en el tratamiento de afecciones ginecológicas. Favorecen asimismo los intercambios metabólicos en el organismo.
Se prepara una infusión a razón de 2 o 3 cucharaditas por cada taza de agua. Esta tisana actúa también sobre los catarros de las vías respiratorias superiores y combate el insomnio. Una infusión más fuerte, en aplicación externa, sirve para el lavado de erupciones dérmicas, eczemas, quemaduras, hemorroides y varices, y para la preparación de compresas contra estas mismas afecciones. Se emplea también como gargarismo.
Las flores de la ortiga muerta sirven en primavera para preparar una tisana (edulcorada con miel) depurativa. Las hojas jóvenes pueden prepararse como las espinacas. Es también una excelente planta melífera.
Época de floración: IV-IX
Cosecha: flores V-IX