Urtica dioica L.
Planta herbácea perenne de cepa ramificada, tallos erguidos cuadrangulares y hojas ovales opuestas dos a dos. De las axilas de estas hojas brotan, en la parte superior de los tallos, inflorescencias en forma de panículas. Sus frutos son aquenios. Toda la planta se cubre de pelillos urticantes (pelos compuestos), que se abren y vierten su contenido sobre la herida que producen. Estos pelillos contienen ácido fórmico, resina, acetilcolina, histamina y una sustancia proteínica desconocida. Todos estos componentes son la causa de las vesículas urticantes que se forman sobre la piel al contacto con la planta. La ortiga crece entre los matorrales; en los jardines es una adventicia pertinaz.
Con fines medicinales se recolectan las sumidades (herba urticae), o simplemente las hojas (folium urticae). Se ponen a secar a una temperatura máxima de 60° C. Contienen taninos, ácidos orgánicos, clorofila, vitamina C, provitamina A y sales minerales. Ofrecen gran número de aplicaciones, tanto medicinales como industriales. Se emplean para los cuidados de las vías urinarias, del aparato respiratorio, de los catarros gastrointestinales y como coadyuvante en el tratamiento de la diabetes. Favorecen los intercambios metabólicos, estimulan la actividad de las glándulas endocrinas y la producción de glóbulos rojos. Se emplean como infusión en dosis de una cucharadita por una taza de agua, que se toma tres veces al día.
Las sumidades son, además, objeto de un tratamiento industrial para la obtención de clorofila pura, la cual sirve de aditivo para productos cosméticos y jabones. La ortiga menor (U. urens), cuya hoja está representada en la parte inferior derecha de la figura, también se utiliza y origina los mismos efectos.
Época de floración: VII-IX
Cosecha: sumidades y hojas V-IX