Sinapis alba L.
Planta herbácea anual dotada de un tallo erguido, simple y de hojas alternas, alargadas, liradas y pinnatifidas. El tallo está rematado por un racimo de flores amarillas. El fruto es una silicua que no resulta dehiscente en su madurez y contiene semillas amarillas y lisas. Toda la planta está recubierta de un áspero vello. La especie, originaria de las regiones mediterráneas, se cultiva en pleno campo por sus valiosas cualidades forrajeras y oleaginosas. Antiguamente, la mostaza se incluía entre las más importantes plantas medicinales y dietéticas, y se empleaba como elemento aromático y como antídoto.
Es en la semilla (semen sinapis alba) donde reside su gran importancia alimenticia y medicinal. La recolección en los campos de mostaza se hace mecánicamente cuando las plantas están maduras. Una vez que las semillas se hallan limpias, se las somete a un secado adicional. Contienen hasta un 30% de aceite graso, mucílago y un 2% de sinalbina, sustancia que, en ambiente húmedo y en presencia de una enzima, se transforma en senevol. Se utiliza la harina de mostaza para cataplasmas y apósitos aplicados sobre las zonas afectadas por dolores reumáticos. Su acción consiste en rubefacer la piel. El sinapismo caliente (40° C) provoca un efecto todavía más potente, pero puede causar una irritación de la epidermis.
Las semillas enteras son utilizadas por la industria alimentaria para la conservación de algunas verduras. Molidas, sirven para fabricar mostazas de mesa más o menos fuertes. La mostaza es además una excelente planta melífera y polinífera.
En la figura, abajo y a la izquierda, vemos una flor parecida, la de Raphanus raphanistrum, que difiere de la de Sinapis alba por su cáliz gamosépalo.
Época de floración: VI-VII
Cosecha: semilla VII-VIII