Lithospermum officinalis L.
Planta herbácea perenne; tiene un rizoma corto y un tallo erguido, ramificado, con hojas alternas, lanceoladas y sésiles. En la axila de las hojas de la parte superior de la planta, aparecen cimas de pequeñas florecillas blancas. Sus frutos son tetraquenios blancos y brillantes por debajo; su dureza es el origen del nombre genérico de la planta (lithospermon: semilla de piedra).
Toda la planta se halla recubierta de un áspero vello. Esta especie se extiende por Europa y Asia; se trata de una planta propia de colinas soleadas y con matorrales, así como de montes claros, sobre todo en regiones relativamente cálidas y con substratos calizos.
A veces es cultivada en jardines para aprovechar sus cualidades melíferas y medicinales. Se recolectan sus frutos (fructus lithospermi) a mano, cuando se los ve brillar de lejos, blancos sobre el fondo verde de las hojas. Se sacude la planta para hacerlos caer en un paño, lo que ocurre muy fácilmente; o bien se corta toda la parte superior de la planta y se espera para retirar los frutos a que estén secas la totalidad de las zonas verdes.
Las semillas, que también deberán estar perfectamente secas, contienen hasta un 50% de substancias minerales, con predominio del ácido silícico y de las sales cálcicas. Son diuréticas, y se emplean, en forma de infusión tras molerlas, para tratar las afecciones de las vías urinarias y contra los cálculos. También se pueden utilizar, con los mismos resultados, los frutos de L. arvense, una adventicia frecuente en los campos agrícolas.
Las hojas secas de la hierba de las siete sangrías se emplean como sucedáneo del té. El pigmento rojo de su rizoma sirve para colorear la mantequilla y algunos licores.
Época de floración: V-VIII