Mentha piperita L.
Planta herbácea dotada de un conjunto de rizomas entrelazados subterráneos, de los que nacen numerosos tallos con hojas lanceoladas opuestas. Sus flores son de color violeta y se agrupan en espigas terminales. Los frutos son tetraquenios que solo se forman en raras ocasiones. Se trata, una vez más, de una forma cultivada, que se obtiene por cruce de Mentha aquatica con el mastranzo nevado (M. spicata). Hoy día, la menta piperita se cultiva en grandes cantidades en todo el mundo.
Para su uso medicinal se recolectan las hojas (folium menthae piperitae) con tiempo cálido y soleado. Se ponen a secar en una corriente de aire, que puede ser artificial, a una temperatura máxima de 25°C. No hay que recoger las plantas dañadas por la roya. Las sustancias activas contienen, sobre todo, esencia de menta (oleum menthae piperitae), cuyo componente principal es el mentol (hasta un 50%), además de un 20% de metiléster, 12% de mentona, jugos amargos y taninos.
La menta piperita estimula la secreción de los jugos digestivos, reduce las timpanitis y las diarreas, atenúa los calambres del aparato digestivo y aumenta la secreción biliar. Se trata, pues, de un excelente colagogo, de un espasmolítico ligero, de un carminativo y de un estomacal. También se aprovecha su ligero efecto antiséptico al aplicarla en inhalaciones contra el catarro, las inflamaciones de la laringe y las bronquitis. Su alto contenido de mentol hace que se añada a las aguas aromáticas (aqua menthae piperitae), a las gotas y a los alcoholatos mentolados (spiritus menthae piperitae), que se emplean en masajes contra los dolores de cabeza y como aditivos de las pastas dentífricas.
Época de floración: VII-IX
Cosecha: hojas VII-IX; sumidades VI-IX