Árbol o arbusto de ramas vellosas y hojas alternas ovaladas, también vellosas en su cara inferior. Sus grandes flores rosadas aparecen sueltas sobre pedúnculos cortos y desprenden un agradable perfume. Los frutos son drupas amarillas, perfumadas y vellosas. La especie, originaria de la región del Cáucaso, se ha extendido progresivamente hasta Europa central, atravesando los países mediterráneos.
En la antigüedad, el membrillo simbolizaba la suerte, la fertilidad y el amor, y era una de las plantas medicinales más estimadas.
Se recolectan los frutos (fructus cydoniae) y las semillas (semen cydoniae) que ellos encierran. Se recogen los membrillos cuando están maduros. Se dejan en reposo algún tiempo y se cortan, para luego secarlos a una temperatura máxima de 50°C. Su pulpa contiene azúcares, pectina, vitamina C, aceites esenciales, taninos y ácidos orgánicos.
Se emplean en infusiones contra los trastornos gástricos, los dolores de garganta, las diarreas y las hemorragias. Sus semillas secas contienen hasta un 22% de sustancias mucilaginosas, aceite, un glucósido, la amigdalina y taninos. Se utilizan enteras en infusiones o en decocción, a razón de 1 a 3 semillas por cada taza de agua, contra la tos y las inflamaciones gástricas o intestinales.
Las semillas machacadas sirven para preparar apósitos refrescantes mucilaginosos, que se colocan sobre las heridas, las inflamaciones articulares y las grietas de mamas y manos.
Los membrillos frescos sirven para preparar mermeladas, compotas, jaleas y jarabes.
Época de floración: V-VI
Cosecha: frutos y semillas X