Origanum majorana L. (sin: Majorana hortensis MOENCH.).
Planta herbácea anual, a veces bianual, dotada de un tallo erguido y ramificado con hojas opuestas y ovaladas. Sus pequeñas flores blancas brotan en la axila de las hojas en forma de espesos racimos pedunculados. Los frutos son tetraquenios que tan sólo en los países cálidos llegan a madurar. Toda la planta se halla agradablemente perfumada. Su origen es mediterráneo, y ha sido cultivada desde siempre. Tanto los egipcios como los griegos y los romanos conocían sus aplicaciones. Durante las cruzadas se extendió por el resto de Europa.
En medicina se utilizan las sumidades (herba majorane) recolectadas en plena floración y con tiempo soleado. Sólo se cortan las partes superiores de los tallos, los cuales no tardan en producir nuevos retoños, pudiendo repetirse la recolección hasta tres veces por año. Los tallos recolectados se ponen a secar en ramos; hay que elegir un lugar bien ventilado y a no más de 40°C. Contienen entre el 1% y el 2% de un aceite esencial (oleum majoranae) compuesto en un 60% de terpenol. También poseen taninos, jugos amargos, carotenos y vitamina C.
Son eficaces contra los trastornos digestivos, pues estimulan la producción de jugos gástricos, avivan el apetito y reducen las timpanitis estomacales. Además, tienen propiedades estomatológicas y carminativas. También actúan como sedante del sistema nervioso en caso de trastornos neurovegetativos y de calambres espasmódicos. Se emplean en infusión a razón de una cucharadita por cada taza de agua, y se toman dos tazas al día. Entran en la composición de ungüentos destinados a los tratamientos reumáticos.
Época de Floración: VII-VIII
Cosecha: Sumidades VI-IX