Hypericum perforatum L.
Planta perenne de los collados secos, de las praderas y de los pastos de buena orientación. Sus generosas inflorescencias, de un color amarillo dorado, florecen en pleno verano. Se reconoce el hipérico por sus ramilletes de tallos erguidos, ramificados y dotados de hojas alternas, sésiles y punteadas de rojo translúcido. Su fruto es una cápsula, especie que abunda en Europa, Asia y África.
Se recolectan sus sumidades (herba hyperici) en plena floración y con tiempo soleado. Se abren en gavillas y se ponen a secar a la sombra y en corriente de aire, o también en secadero a una temperatura de 35°C como máximo. Contienen taninos (hasta un 16% en las flores), hipericina, glucósidos, rutina, vitamina P y otras sustancias.
El hipérico es ligeramente sedante y claramente colagogo (secreción biliar). Sus efectos antiinflamatorios hacen que sea un buen producto para el tratamiento de las inflamaciones crónicas del estómago, del hígado, de la vesícula y de los riñones; también es eficaz para las afecciones ginecológicas. Se prepara una tisana a razón de 1-2 g de planta desecada por cada 1/4 l de agua, en infusión o en decocción, para tomar durante el día.
Se prepara el aceite de hipérico (folium hyperici) por maceración de las sumidades floridas en aceite de oliva o de girasol. Dejar el recipiente durante quince días a pleno sol, agitándolo de vez en cuando. Dicho aceite es eficaz contra las quemaduras, también las producidas por el sol, y contra las hemorroides.
Un excesivo consumo de productos a base de hipérico puede provocar una alergia, que se acentúa bajo el efecto de la luz solar (fotosensibilización). El dibujo representa los tallos de H. perforatum (a la izquierda) y de H. tetrapterum.
Época de floración: VII-VIII
Cosecha: sumidades VII-VIII