Pinguicula vulgaris L.
Planta perenne carnívora, que se caracteriza por su roseta terrestre de hojas ovales y viscosas al tacto. Esto se debe a la presencia de una secreción glandular que captura y digiere a los insectos. De esa forma, la planta se procura el nitrógeno necesario para su subsistencia.
Del corazón de la roseta brotan los pedúnculos florales que soportan cada uno una flor tubular, de color azul-violeta, dotada de un espolón. El fruto es una cápsula. La grasilla resulta una especie poco abundante que se cría en las praderas inundadas, sobre todo con sustratos de turba.
Su recolección incontrolada y abusiva, así como la transformación de las condiciones naturales, han conducido casi a su desaparición, por lo que en muchos casos se halla protegida por la ley.
Con fines terapéuticos se recolectan, en lugares bien delimitados, las partes verdes (herba pinguiculae vulgaris) en el momento de la floración. Tras cortarlas cuidadosamente, se ponen a secar a la sombra en un lugar bien ventilado, aunque mejor todavía en un secadero a 40°C como máximo. Contienen sobre todo enzimas proteolíticas, ácidos orgánicos y otras sustancias. Estas materias activas son espasmolíticas y provocan el aumento de la secreción de las vías respiratorias superiores.
La grasilla se emplea por ello en casos de tos rebelde, crisis de asma o bronquitis, en infusión, a razón de dos cucharaditas de productos secos por una taza de agua, para tomarlo en el mismo día. Se trata de una infusión muy eficaz para los niños. Las hojas frescas se utilizan como vulnerarias en las heridas pertinaces.
Los fermentos de las partes verdes coagulan las albúminas de la leche, propiedad que se aprovecha en los países nórdicos para la fabricación de requesón.
Época de floración: VI-VII
Cosecha: partes verdes VI-VII