Silybum marianum (L.) GAERTN.
Planta anual o invernante que se caracteriza por su alto tallo ramoso portador de hojas sésiles, alternas, manchadas y picantes. En la parte alta de las ramas, aparecen cabezuelas aisladas de flores violáceas, únicamente tubulares. Los frutos son aquenios plumosos. La especie es originaria de las regiones mediterráneas y aparece a menudo sembrada en los jardines campestres a título ornamental o medicinal. Muchas veces se aclimata en los alrededores. Sus efectos medicinales son conocidos desde la antigüedad: se empleaba entonces para tratar la vesícula biliar y el hígado.
Las partes más interesantes, desde el punto de vista farmacéutico, son sus frutos, es decir, los aquenios (fructus cardui mariane). Se recogen a mano las cabezuelas enteras a medida que van madurando. Se dejan secar y luego se hacen caer los aquenios mecánicamente o a mano, antes de proceder a su limpieza. Contienen lípidos, albúminas, aceites esenciales e importantes flavonoides. La mayor parte de la producción es aprovechada por la industria farmacéutica y se transforma en tinturas, gotas, pastillas, etc., las cuales presentan un contenido en materias activas conocido con precisión. En manos del médico, estos productos constituyen remedios eficaces contra las afecciones de la vesícula biliar; son colagogos y regeneradores del tejido hepático lesionado.
La medicina popular emplea los aquenios para la preparación de una decocción al 2%, que se deja hervir durante 8 minutos y que se toma a razón de 2 a 6 gramos de aquenios al día. Esta decocción estimula la función hepático-biliar y es al mismo tiempo febrífuga. El consumo de frutos molidos (polvo), e incluso la masticación episódica de frutos enteros, produce los mismos efectos.
Época de floración: VI-VIII
Cosecha: aquenios VIII-IX