Familia: Solanaceae
Planta vivaz de tallo ramificado, forma una mata espesa, soportada por una gigantesca raíz cónica. El tallo lleva hojas alternas, ovaladas y blandas. En su nudo aparecen flores campaniformes con pedúnculo, de color pardo-rojizo, que luego se transforman en bayas negras.
La belladona crece en Europa en el lindero de los bosques, entre los escombros y en los lugares abandonados. Toda la planta es sumamente venenosa, y se dan casos de muertes por envenenamiento de niños que confunden las bayas de la belladona con arándanos.
La mitología griega nos enseña que Atropos era, entre las tres parcas, la que tenía como misión cortar el hilo de la vida; no olvidemos que la palabra «atropos» significa ineludible. Los romanos utilizaban el jugo de las bayas para dilatar la pupila de los ojos, de ahí el nombre específico de «bella-donna», bella dama, dado a la planta.
Se recogen las hojas (folium belladonnae) o la raíz (radix belladonnae). Se ponen a secar a una temperatura de 30 °C. Las partes activas contienen un 1% de alcaloides derivados del tropano (hiosciamina, atropina), ácido atrópico, belladonina y escopolamina.
Los preparados galénicos obtenidos por la industria farmacéutica (extracto, tintura), así como los alcaloides aislados, relajan las contracciones de los músculos lisos (espasmolíticos), reducen los dolores de los cólicos urinarios y de la vesícula biliar y alivian los ataques de asma (antiasmáticos). Se emplean también para reducir los sudores nocturnos de las personas tuberculosas. El efecto de mitridatismo de la atropina (dilatación de la pupila ocular) se aplica para los exámenes oftalmológicos.
Época de floración: VI-VIII
Cosecha: hojas VI-VIII; raíz X y III-IV