Aristolochiaceae
El ásaro es una planta vivaz, baja y rastrera, de hojas verde oscuro, brillantes y perennes. En el suelo, la planta forma un rizoma ramificado que da origen a un tallo velludo, el cual lleva hojas pecioladas y flores campaniformes de color pardo violáceo, con pedúnculo corto. El fruto es una cápsula. Toda la planta desprende un olor alcanforado. Se encuentra en la capa herbácea de los bosques y en la maleza de Europa.
El ásaro forma parte de las plantas medicinales famosas en la antigua Grecia, donde se usaba para el tratamiento de afecciones renales y para perfumar el vino. Se recoge con fines medicinales el rizoma (rhizome asari), a veces con las hojas. La cosecha se efectúa a mano y con gran moderación, puesto que el ásaro es una planta protegida o amenazada en numerosos países.
Se limpian los rizomas y se ponen a secar en capas finas a una temperatura que no sobrepase los 35°C. Contienen sobre todo un aceite esencial que da, por cristalización, la asarona (también llamado alcanfor de ásaro), así como almidón, resina y sustancias bactericidas. Su sabor es amargo. Se emplea por sus propiedades eméticas, diuréticas y catárticas.
El ásaro resulta eficaz en el tratamiento de afecciones renales o de las vías urinarias y hepáticas, así como en caso de inflamaciones de las vías respiratorias. La medicina popular recurre a él para combatir el alcoholismo, incorporándolo a la composición de curas de desintoxicación. Toda la planta, incluido el rizoma, es venenosa en fuertes dosis, provoca una congestión de la pelvis y resulta particularmente peligrosa para las mujeres embarazadas.
Época de floración: IV-V
Cosecha: rizoma VIII-IX; rizoma con hojas: VIII