Vaccinium myrtillus L.
Arbolillo bajo de ramos rastreros, de los que nacen tallos angulosos de color verde ricamente ramificados y cubiertos de hojas alternas, ovales y caducas (ver figura, abajo a la derecha). Abajo a la izquierda se halla representada la hoja de Vaccinium vitis-idaea. Sus flores tienen forma de vesículas, entre verdosas y rosáceas, y se encuentran aisladas en las axilas de las hojas. Sus frutos son bayas azules. El arándano forma extensas colonias en los bosques elevados, sobre suelo ácido, húmedo y rico en residuos orgánicos.
Se recolectan, con fines medicinales, las hojas (folium myrtilli) y los frutos (fructus myrtilli). Se arrancan las hojas de las ramas estériles, pero sin dañarlas, con el fin de evitar su oscurecimiento durante el secado. Se ponen a secar en capas finas, a la sombra o al sol, o bien en secadero a 40° C como máximo. Contienen taninos, ácidos orgánicos y substancias hipoglucemiantes. Son por ello utilizadas como coadyuvantes en el tratamiento de la diabetes, lo mismo que en los catarros gastrointestinales y en las inflamaciones de la vejiga. Entran en la composición de tisanas antiescleróticas.
Se recogen las bayas maduras a mano, y se consumen frescas, secas o cocidas en mermelada. El secado se hace a 45° C sin dejar de remover. Estas bayas son ricas en azúcar, ácidos orgánicos, taninos, vitaminas y pigmentos orgánicos. Los arándanos secos pueden ser masticados para curar la diarrea. El vino de arándano, la compota y el extracto alcohólico consiguen los mismos efectos. El jugo, la compota y la mermelada son muy eficaces para curar las inflamaciones de la boca y de la laringe.
Época de floración: IV-V
Cosecha: hojas VI-X; frutos VII-IX