Familia: Rosaceae
Se trata de una planta herbácea vivaz con rizoma corto subterráneo, que soporta una roseta de hojas terrestres en cuyo corazón se acumula una gota de agua después de la lluvia o en el momento del rocío. Antiguamente, los alquimistas y la gente del pueblo recogían estas gotitas, convencidos de sus virtudes medicinales o mágicas.
Los tallos son cortos y ascendentes, con cimas de florecillas amarillas. Los frutos son aquenios. La alquimila es común en asociación con otras plantas en las praderas y en los pastos de los llanos y de la montaña. Posee características muy variables, sin que la variedad influya en su poder farmacéutico.
Se recoge generalmente el tallo foliado (herba alchemillae) y las hojas terrestres. La recolección se realiza cuando hace buen tiempo, y las partes recolectadas se dejan secar a la sombra. Las partes activas contienen taninos, saponinas, jugos amargos y ácido salicílico.
Uso medicinal: Las partes activas se emplean como infusiones en una proporción de 4 cucharaditas para una taza de agua hirviendo. Se deja reposar durante 10 minutos y se consume, sin azúcar, dos veces al día en caso de trastornos digestivos: enfriamientos gastrointestinales, timpanitis y diarreas. La planta alivia también los calambres y estimula la diuresis.
Se recomienda a las mujeres embarazadas tomar hasta 3 tazas de infusión al día, unas cuatro semanas antes del parto, para facilitarlo. Asimismo, encuentra aplicación en el tratamiento de afecciones ginecológicas, especialmente en la menopausia. El extracto de alquimila favorece los intercambios y entra en la composición de productos adelgazantes. También se utiliza en aplicaciones externas y en baños para curar las heridas, las contusiones, los eccemas y las afecciones furunculosas.
Época de floración: V-VII
Cosecha: tallo foliado V-VII