Carum carvi L.
Umbelliferae
Planta bienal a perenne, que posee una raíz profunda coronada por una roseta terrestre de hojas recortadas y por un tallo ramificado, el cual está rematado por cabezuelas florales compuestas. Las flores son blancas o rosadas, su fruto es un diaquenio y toda la planta desprende un olor aromático.
La alcaravea se encuentra espontáneamente en Europa y Asia. Se cultiva en pequeñas y grandes plantaciones. Ya en la antigüedad se conocía por sus virtudes aromáticas y digestivas.
Se recolectan los frutos (fructus carvi). En el cultivo artesanal, se cortan las cabezuelas maduras o las plantas enteras, que se dejan secar antes de trillarlas y limpiarlas. En el cultivo industrial, se recoge mecánicamente toda la parte aérea en el periodo óptimo de madurez. Los frutos deben estar totalmente secos y almacenarse en un lugar sin humedad.
Contienen de 3 a 7% de aceite esencial (oleum carvi), que encierra carvona y limoneno, albúmina, almidón, azúcar, taninos y aceite. Ofrecen la propiedad de estimular las funciones de los órganos digestivos, calmar los calambres de la musculatura lisa y oponerse a la formación de gases intestinales.
Se emplean molidos y reducidos a polvo; también se pueden masticar enteros con una dosis diaria de ½ a 1 gramo. Igualmente se puede preparar una infusión a razón de dos cucharaditas de frutos machacados por una taza de agua, para tomar de dos a tres veces diarias. La alcaravea también estimula la secreción láctea.
Se emplea además la esencia de alcaravea, a razón de 1 a 3 gotas sobre un terrón de azúcar; las dosis más elevadas resultan dañinas para el hígado y los riñones. La alcaravea se utiliza en grandes cantidades en la industria alimenticia.
Época de floración: V-VI
Cosecha: frutos VII-VIII (2º año)