(Nymphaea alba L.)
Planta acuática perenne, con un grueso rizoma rastrero del que brotan hojas coriáceas de largos peciolos que reposan libremente sobre la superficie del agua. El limbo es redondeado, entero y presenta lóbulos obtusos. Sus flores blancas son soportadas por largos pedúnculos y se abren por encima de la superficie del agua. El fruto es una cápsula carnosa que contiene numerosas semillas.
El nenúfar blanco crece en toda Europa y en Siberia, en aguas estancadas o de curso lento. Se trata de una planta protegida. Debido a la belleza de sus grandes flores, se cultiva a menudo en jardines, estanques y embalses. Se conocen numerosas especies multicolores que se obtienen por selección, a veces en la variedad enana (N. pygmaea), resistente a las heladas.
Para su uso medicinal se recolecta el rizoma (radix numphaeae albae) en lugares bien delimitados o en áreas de cultivo. Hay que limpiarlo perfectamente, liberándolo de sus raíces y de sus partes verdes, y pelarlo. Se consume fresco o desecado. Posee un sabor astringente y a menudo un olor a fresa. Contiene alcaloides todavía poco conocidos (entre ellos la nufarina), algunos actualmente sometidos a investigaciones, pues parecen desarrollar una acción citostática, es decir, antitumoral.
Las sustancias activas de este rizoma atenúan los impulsos y los estímulos sexuales, por lo que se le incorpora a la composición de anafrodisíacos industriales. La decocción es astringente y hemostática.
Época de floración: VI-VIII