(Brassica nigra (L.) W.D.J. KOCH)
Planta anual de tallo erguido, ramificado, con hojas alternas lanceoladas. Las inferiores tienen pecíolo y son recortadas y tiradas. Las flores amarillas, con venillas muy marcadas, forman un racimo que se va alargando a medida que florece. El fruto es una silicua que encierra semillas negras. La especie es originaria de las regiones mediterráneas y se cultiva desde hace mucho tiempo como planta oleaginosa.
Las semillas son las que justifican en este caso un valor terapéutico (semen sinapis nigrae). Se recoge la planta entera antes de su total maduración, cuando las silicuas toman un color de paja y las plantas empiezan a secarse. Es mejor segarla por la mañana, con rocío, para evitar pérdidas de semillas. Se deja secar un poco al aire libre, para luego trillarla; se limpian las semillas y se someten a un secado final.
Contienen hasta un 35% de aceite sinápico, mucílago, albúminas y tioglucósidos (sustancias que encierran azufre), que liberan, bajo una acción enzimática, isotiocianatos de efectos localmente irritantes y rubefacientes. Se utiliza dicha sustancia cuando se quiere llegar a la rubefacción de la epidermis o de los órganos internos (pulmones, pleura, riñones). Las cataplasmas a base de harina de mostaza se aplican en las partes que sufren dolores reumáticos, calambres o agujetas.
Igualmente, se utilizan tortas de mostaza obtenidas amasando la harina con agua a 45°C. Un baño a 40°C, que no dure más de unos quince minutos, también actúa eficazmente contra los reumatismos. Todos los productos a base de mostaza son irritantes para la epidermis, por lo que debe vigilarse el tiempo de aplicación.
Época de floración: VI-VII
Cosecha: semilla VII