Viola odorata L.
Planta herbácea perenne, de largos retoños radicantes que soportan hojas de enormes peciolos y limbo cordiforme. Sus flores, de color violeta y perfumadas, también disponen de largos pedúnculos. Los frutos son cápsulas. Se trata de una de las plantas medicinales más antiguas, que desde siempre se ha utilizado para curar las inflamaciones, la epilepsia y las cefaleas.
Se suelen recolectar sus partes verdes (herba violae odoratae) o cada uno de sus diferentes órganos por separado: flores, hojas y rizomas (flos, folium, rhizoma violae odoratae). Estos productos se ponen a secar en capas delgadas y en un lugar ventilado y sombreado. Toda la planta contiene esencias flavonoides cuyo principal componente es una cetona: la irona; también encierra saponinas y ácidos orgánicos. Sus flores disponen de un pigmento orgánico: la violarrubina. La violeta combate con eficacia los trastornos respiratorios, el catarro bronquial, la tosferina, la tos y el constipado. Se prepara para ello una maceración en frío, a razón de una cucharadita por cada taza de agua, o bien se recurre a un jarabe de flores, que es expectorante y que se da con frecuencia a los niños. La violeta entra en la composición de tisanas diuréticas y antirreumáticas. En aplicación externa sirve para preparar compresas antiflogísticas y para limpiar las heridas supurantes, las úlceras y las erupciones dérmicas.
Sus flores frescas sirven para la extracción de un aceite esencial perfumado que se utiliza en todo el mundo. Las variedades hortícolas inodoras de grandes flores no son utilizadas.
Época de floración: III-V
Cosecha: sumidades, flores y hojas III-IV; rizomas IX-X