Se trata de una planta perenne de rizoma leñoso y rastrero, con tallos erguidos densamente cubiertos de hojas alternas lanceoladas. Las cabezuelas florales están dispuestas en un corimbo suelto; sus frutos son aquenios.
La planta desprende un agradable perfume. La especie es común en toda Europa, y su área se extiende hasta el Cáucaso y Siberia. Se ha aclimatado en América, donde penetró gracias al cultivo. Es una planta de lugares húmedos que crece en la orilla de los arroyos, en las cunetas y en las praderas mojadas, desde la llanura hasta la baja montaña.
Se cultiva desde el siglo XVI como planta medicinal y ornamental. Se recolectan los rizomas (rhizoma achillea ptarmicae) con fines farmacéuticos, y a veces también las flores y los tallos cubiertos de hojas. Se extraen los rizomas de la tierra en el transcurso del segundo año de cultivo. Se lavan cuidadosamente, se les quitan las partes verdes y se secan a la sombra en un lugar bien ventilado o en un secadero, a una temperatura que no sobrepase los 35º C.
Las partes activas contienen sobre todo aceite volátil, que combate activamente la astenia, la falta de apetito y las afecciones urinarias. También es eficaz esta sustancia en casos de dificultades de eliminación; es carminativa y reguladora de las deposiciones, y calma también los dolores dentarios y reumáticos. Se utiliza en forma de infusión en dosis de dos cucharaditas diarias de rizoma mezclado con dos tazas de agua. También se puede masticar el rizoma fresco.
La tármica es una flor hortícola muy apreciada, que a menudo se cultiva en sus formas de flores dobles.
Época de floración: VII-IX
Cosecha: rizomas IX-X
