Las drogas, ya sean químicas o vegetales, antes de su utilización en forma de medicamentos son objeto de diversas preparaciones. Los remedios a base de vegetales reciben el nombre de preparados galénicos, en recuerdo del médico de la antigüedad Claudio Galeno, célebre por sus preparados que casi siempre se basaban en materias primas vegetales.
Hoy en día, en la farmacia encontramos sobre todo especialidades de fabricación industrial. Se trata de medicamentos como comprimidos, inyectables, cremas, etc., comercializados con diferentes denominaciones por empresas industriales. Sin embargo, la farmacia galénica conoce hoy día un cierto resurgimiento, pues el público se vuelve a interesar por los remedios basados en sustancias medicinales naturales, casi siempre de origen vegetal, y que son a veces denominados neogalénicos.
Los modernos laboratorios farmacéuticos están a menudo muy bien equipados desde el punto de vista técnico. En ellos se encuentran, por ejemplo, máquinas para la fabricación de comprimidos, homogeneizadoras, mezcladoras, extractoras, centrifugadoras, así como cadenas de llenado automático y aparatos acondicionadores. En ocasiones, sobre todo en la preparación de inyectables, se emplean también autoclaves para la esterilización. Tales medios permiten obtener, incluso a partir de las plantas, remedios eficaces, tales como comprimidos, sellos, sobres para infusiones, cápsulas, etc., que garantizan una mejor absorción y un más contundente efecto terapéutico.
Todos esos preparados, antiguos o modernos, se encuentran recogidos en las farmacopeas y reglamentaciones de los diferentes países. Siempre se preparan según métodos farmacológicos precisos (extractos, alcoholatos, vinagres, jarabes, tinturas, ungüentos, etc.). La farmacopea indica en cada caso la forma oficial de preparación, la descripción del remedio terminado, el modo de comprobación y de conservación. Los preparados galénicos que contengan sustancias de acción violenta solo se despachan bajo receta médica. Los restantes se venden libremente en las farmacias. Determinados preparados sencillos, tales como infusiones, decocciones, apósitos, a base de plantas medicinales, se pueden preparar según las necesidades del paciente en su propia casa, sin el empleo de utensilios especiales.
También para los remedios que se guardan en casa están vigentes las reglas de conservación. Todos los medicamentos se deben almacenar en lugares (cajas, recipientes) adecuados, limpios y llevando cada uno la indicación de su contenido. Según su naturaleza y composición, serán colocados en lugar seco, protegido de la luz y, cuando se requieran bajas temperaturas, en un frigorífico.
En general, los preparados galénicos no están sometidos a fechas límite de utilización muy precisas, ya que sus sustancias activas resultan bastante estables. En todo caso, se evitará la conservación de grandes cantidades durante periodos excesivamente largos, en especial cuando se trate de mezclas para infusiones, extractos o decocciones que se preparan en casa en función de las necesidades.
Se dejará al farmacéutico la labor de elaborar los productos complejos siguiendo las prescripciones médicas. Sigue siendo muy importante que tales remedios queden correctamente identificados por medio de una etiqueta que indique su naturaleza y la fecha de preparación, pues, cuando se conservan en casa una cierta cantidad de medicamentos, no son raras las confusiones.
Se deberá actuar también con gran prudencia en todo lo relativo a la conservación de los medicamentos lejos del alcance de los niños; y se pondrá especial cuidado en no confundir los medicamentos de acción interna con los externos.
Los remedios internos son los destinados:
- A ser administrados por vía bucal (bien ingeridos o bien absorbidos por la mucosa bucal o sublingual).
- O por inyección (en este caso se precisa una preparación estéril).
Los remedios de aplicación externa u otras aplicaciones están destinados:
- A ser aplicados sobre la epidermis (soluciones, cremas, pastas, polvos, compresas, jabones, revestimientos, etc.).
- A ser introducidos en los orificios del cuerpo (nariz, oído, cavidad bucal, saco lagrimal, ano, conducto urinario).
- A ser respirados (inhalaciones).