La naturaleza química de las sustancias activas de los vegetales determina su efecto terapéutico sobre el organismo humano. Se las divide en grupos, al igual que se hace con los otros productos de nuestra farmacopea, según su campo de actuación. La planta medicinal no siempre realiza una única acción; su espectro es a veces más o menos amplio; es decir, la misma planta permite el tratamiento de varias afecciones. Y a la inversa, a veces se recurre a mezclas para reforzar el efecto terapéutico, pues con la asociación de diversas plantas se multiplica su acción. El lector encontrará, en los distintos grupos, drogas de aplicación interna o externa. Finalmente, un grupo de plantas venenosas de efectos brutales pone fin a este capítulo.
Amara (plantas amargas)
Son drogas vegetales con influencia sobre la función gástrica, especialmente en el caso de inapetencia. Existen diversos tipos para tomarse antes de las comidas:
- Amara pura (amargas puras): Centaura menor, genciana, trébol acuático. El genciana contiene principalmente sustancias amargas y un aceite esencial. Se emplea en farmacopea y en la elaboración de licores.
- Amara aromática (amargas que contienen sustancias aromáticas): Artemisa, ácoro, angélica.
- Amara adstringentia: Estas plantas tienen a la vez un ligero efecto astringente, útil contra los catarros y las gastritis ligeras: Corteza de casia.
- Amara mucillaginosa (plantas amargas y con mucílago): Tusílago, cáñamo.
Adstringentia (drogas astringentes)
Son sustancias que actúan sobre la epidermis o las mucosas, formando un precipitado sólido con el tejido proteico. También tienen por efecto deshidratar el tejido, o por lo menos drenarlo, con una acción antiinflamatoria. Suelen estar compuestas principalmente de taninos.
A este grupo pertenecen: la gayuba, el arándano, la agrimonia, el hipérico, la salvia, la tormentila, la consuelda, la margarita (dermatosis y eccema inflamados y supurantes), la verónica, la pulmonaria, las cortezas de roble y de sauce, la bardana, la hepática, la potentilla anserina, la alquimila, el nogal, la pimpinela, la lengua de pájaro, el orégano, la agripalma y el hisopo.
Antiphlogistica
Son drogas con efectos vulnerarios. Reducen las inflamaciones y aceleran la renovación de los tejidos.
La manzanilla (Chamaemelum nobile) es una planta medicinal muy apreciada por sus múltiples virtudes. Sus cabezuelas desecadas se utilizan para la preparación de tisanas y cataplasmas contra diversas afecciones e inflamaciones.
Dos dañados, actuando sobre los epitelios o sobre la capa granular.
Es así como la manzanilla y el meliloto cicatrizan las heridas. El brezo tiene un efecto antiinflamatorio en las vías urinarias. La caléndula cicatriza las heridas y cura las enfermedades de la piel. El romero es antirreumático en aplicación externa, y la fresa actúa sobre los barros de la cara.
Carminativa
Se trata de productos que ejercen una benéfica influencia sobre la evacuación de los gases intestinales, las contracciones dolorosas y los calambres de los músculos lisos intestinales. Reducen la sensación de tensión dolorosa y frenan el desarrollo de las bacterias responsables de las fermentaciones.
A este grupo pertenecen las drogas con sustancias espasmolíticas, que alivian los calambres: manzanilla, anís, hinojo, enebro, menta piperita, salvia, meliloto, comino, hisopo.
El gordolobo (Verbascum densiflorum) da unas flores amarillas que, una vez secas, forman parte de la composición de tisanas pectorales, dado su alto contenido de mucílagos.
Diurética
Plantas que favorecen la eliminación de la orina. Son útiles frente a las afecciones de las vías urinarias; resultan diuréticas y ligeramente desinfectantes. Adecuadas para tomarlas en los casos de ligeras afecciones renales, de pequeños cálculos o de sedimentos en la orina. En caso de afección renal más importante, problemas cardiacos, hinchazones y cirrosis, estas drogas ejercen una acción desfavorable: ¡consultar al médico! Se emplean casi siempre mezcladas en infusiones diuréticas o urológicas.
Plantas oficiales: cardo santo, alubia, brezo (excelente en caso de infección de las vías urinarias), bolsa de pastor, hojas de abedul (incluso en baños).
Los suaves frutos (diaquenios) del hinojo (Foeniculum vulgare) entran en la composición de numerosas mecedías para infusiones. Son un excelente carminativo y hacen agradable el sabor de las tisanas.
Diaforética (sudoríficas)
Plantas que facilitan la transpiración: gordolobo, saúco negro, manzanilla, tilo, fumaria, petasita, hojas de grosellero negro, ulmaria, verónica, bardana, grama, trinitaria.
Antidiaforética
Plantas que reducen la transpiración excesiva: salvia, valeriana, belladona; y con aplicación externa: nogal, corteza de roble.
La gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) es una planta medicinal conocida desde siempre. Sus hojas (folium uvae-ursi) sirven efectivamente para curar las vías urinarias. hojas de fresa, raíz de bardana, asperilla olorosa, or- tiga, raíz de levistico, agripalma, vara de oro, galeop- sis y capuchina.
Expectorantia mucillaginosa
Plantas medicinales que facilitan la expectoración. Contienen sustancias vegetales con mucílago que se hinchan con la presencia del agua y que humedecen, gracias a sus propiedades hidrófilas, la región que rodea la entrada de la laringe; atenúan la inflamación al mismo tiempo que reducen las ganas de toser.
Algunas de estas plantas contienen, además de sus mucílagos, aceites esenciales y saponinas: malva, flor de gordolobo, malvavisco, llantén, musgo de Islandia (cetraria).
Expectorantia emetica
Aumentan las secreciones de las glándulas bronquiales y de los bronquios. En grandes dosis son eméticas (provocan el vómito); en pequeñas dosis tan sólo originan la náusea, lo que a veces es médicamente deseable. El alcaloide denominado emetina y las saponinas pertenecen a este grupo.
Con receta médica, se prepara la infusión de raíz de ipecacuana (Uragoga ipecacuanha). Sin receta, herniaria, gatuña, raíz de primavera, regaliz, flor de gordolobo.
Expectorantia stimulantia
Son plantas que contienen sustancias volátiles que se eliminan a través del aparato respiratorio, en el que excitan las mucosas, facilitando la disolución de mucosidades y su expectoración. Las mismas sustancias relajan las contracciones de los músculos lisos de los bronquios, a la vez que son ligeramente desinfectantes. En este grupo se sitúan las drogas que contienen aceites esenciales.
Drogas oficiales que sirven para la preparación de tisanas: pimpinela, hinojo, hojas de menta piperita, tomillo, serpol. De las restantes drogas, las no oficiales, la malva contiene mucílagos, lo mismo que el tusilago (flor y hojas) y la semilla del lino.
Antitussica (calmantes de la tos)
Son realmente plantas expectorantes que calman los ataques de tos. Se las suele emplear casi siempre en mezclas (tisanas pectorales). Entre las plantas simples citaremos el malvavisco, la malva, el tusílago, el llantén, el musgo de Islandia, la pepita de membrillo y el regaliz.
Muy al principio de la primavera es cuando se abren las cabezuelas del tusilago (Tussilago farfara). Se recogen sus hojas que se incorporan a la composición de tisanas béquicas (contra la tos).
Cholagoga (colagogos)
Se trata de sustancias que pueden favorecer la producción de bilis en las células hepáticas (colerética), o bien ayudar a su eliminación de las vías biliares y de la vesícula (colecinética). En los tratamientos de las inflamaciones de la vesícula y de las vías biliares, o contra los pequeños cálculos biliares, se emplean, junto a remedios de potentes efectos, drogas vegetales con sustancias favorecedoras de la producción biliar y con esencias naturales espasmolíticas.
La flor seca del tilo es un excelente remedio contra los resfriados. Se bebe como infusión, preferentemente edulcorada con miel. Es un buen sudorífico. Normalmente se utilizan las flores del tilo cordiforme (Tilia cordata).
El ruibarbo de China (Rheum palmatum, variedad tanguticon), originario de China, proporciona un rizoma medicinal (rhizoma thei) que se emplea sobre todo para el tratamiento de las enfermedades biliares (inflamaciones), entrando en la composición de diversas tabletas digestivas. Las vías biliares, ligeramente desinfectantes y antiinflamatorias.
Se encuentran, entre las drogas oficiales: la hoja del boldo, la agrimonia, el cardo, el helenio, la pajarita, el marrubio y el ruibarbo. Y entre las no oficiales: la celidonia, el diente de león, la corteza de agracejo, la hierbabuena, el orégano y la aquilea.
Laxantes
Los laxantes aceleran la evacuación intestinal. Podemos citar: la corteza de cambronera, las vainas y hojas de sena y las raíces de regaliz y de ruibarbo. Y entre las drogas no oficiales: el fruto y el pedúnculo foliado del yezgo, la trinitaria, la aquilea, la betónica, la nuez, la correhuela y el lino.
Cardiotónica
Este grupo contiene glucósidos vegetales de acción cardiotónica, que aceleran el ritmo cardiaco. También presentan efectos secundarios sobre la eliminación del agua. Podemos citar entre ellas: la digital, el adonis, el lirio de los valles, el espino albar, la graciola y el eléboro.
Antiasmática
Estas plantas contienen sustancias que actúan contra los espasmos bronquiales que acompañan el asma: belladona, beleño y estramonio. Las hojas y las materias activas de la digital (Digitalis purpurea) se encuentran entre los más importantes e irremplazables remedios cardiotónicos. Tan solo el médico, tras examinar cuidadosamente al paciente, está capacitado para prescribir el tratamiento y para determinar las dosis que haya de tomar.
Nervina y sedativa
Son sustancias calmantes; se emplean en caso de neurosis y neurastenia, cambios en el comportamiento del sistema nervioso central (síndrome neurasténico). Comparadas con los remedios químicos, su acción es mucho más suave: valeriana, pasionaria, lúpulo y brezo.
Antiesclerótica
Ejercen una acción sobre el conjunto de las alteraciones degenerativas del sistema circulatorio, especialmente en el envejecimiento, pero también cuando son consecuencia de una forma de vida mal equilibrada: exceso de materias grasas, insuficiente actividad física, etc.
La valeriana (Valeriana officinalis), en infusión o en gotas, proporciona maravillosos efectos calmantes. La tintura de valeriana (tinctura valerianae) se encuentra a la venta en todas las farmacias.
Vida física y situaciones conflictivas:
Las esclerosis se ven desfavorablemente afectadas por la acción del colesterol, el cual se deposita sobre las paredes venosas favoreciendo su calcificación. Otra complicación es la causada por la trombosis y la hipertensión. En este caso, las drogas ricas en rutina y en vitamina C pueden tener efectos benéficos: ajo, espino albar (flores y hojas), drosera, sófora y muérdago.
El espino albar (Crataegus monogyna):
El espino albar es a menudo prescrito contra la hipertensión. Se aprovechan tanto las flores como los pedúnculos foliados, las hojas y los frutos.
Hipotensiva:
Actúan sobre la hipertensión sanguínea (trastornos de la actividad reguladora). El tratamiento incluye un régimen alimenticio y los remedios adecuados. En la fase inicial de la hipertensión se puede recurrir a sedantes e hipotensores vegetales: valeriana, cornezuelo del centeno, avena, ajo, meliloto, espino albar y lúpulo.
Aromática:
Plantas que son útiles para corregir el sabor o el olor de otras sustancias, al mismo tiempo que producen efectos parcialmente antisépticos: salvia, manzanilla romana, espliego y romero (en aplicación externa o interna).
Anthelminthics (antilombrices):
Plantas eficaces contra las lombrices intestinales: helecho macho, quenopodio, zanahoria, cebolla, fumaría, granada, espuela de caballero y calabaza.
Antidiabética:
Plantas coadyuvantes en el tratamiento de la diabetes (producción insuficiente de insulina en el páncreas, que es donde se fabrica normalmente esta sustancia). Las insulinas vegetales (glucoquininas) tienen su mayor eficacia en los extractos ácidos: vellorita, alubia, arándano y bardana. También las plantas amargas son buenas en estos tratamientos: trébol acuático, cardo santo, centaura menor, genciana y artemisa.
Ginecológica:
Son plantas que atenúan los calambres de los músculos lisos de la pelvis (útero, vías urinarias) y reducen los dolores menstruales. Algunas de estas sustancias actúan sobre el útero, en especial durante el embarazo (hemorragias uterinas tras el parto, después de un aborto, de una inflamación), como terapéutica estimulante no específica, siempre bajo la estricta vigilancia del médico: alcaloides del cornezuelo, alquimila, bolsa de pastor, neguilla, pimienta acuática, potentilla, ruda y hipérico.
Los galactagogos (latagogos) estimulan la secreción láctea: vellorita, hinojo, anís y alholva. Hoy día se sabe cultivar el cornezuelo del centeno en condiciones artificiales (Claviceps purpurea). Sus alcaloides sirven para la fabricación de numerosos e importantes medicamentos.
Obstipante:
Plantas útiles para frenar el excesivo peristaltismo. El gran remedio sigue siendo el opio; pero se trata de un narcótico, sometido a la legislación sobre los estupefacientes. También se pueden citar las plantas ricas en taninos, gracias al ácido tánico o a la tanalbina que de ellos se obtienen; el carbón vegetal y la corteza de roble, así como los preparados con mucílagos, como los copos de avena, la decocción de cebada, el agua de arroz y el té de China.
Para los niños se recomiendan la zanahoria, la manzana rallada (pectinas) después del oscurecimiento de la pulpa, la tormentila, el roble, la rosa, la zarza, la salvia, la pimpinela, el arándano y la fresa.
Cytostatica
Contienen substancias de acción antitumoral: muérdago, infeáceas (ninfea, nemifar y, sobre todo, la ninfea tropical Nymphaea zanzibarensis), alcaloides de la hierba doncella.
Venena (venenos vegetales)
La toxicología vegetal, o estudio de los venenos, se interesa en especial por las substancias tóxicas de origen químico o vegetal y por sus efectos sobre el organismo. En la parte descriptiva de la presente obra hemos tenido cuidado en indicar qué plantas resultan venenosas. Consideramos como tales todas aquéllas que son susceptibles de dañar el organismo humano, aunque estrictamente hablando resulta difícil definir con precisión una substancia tóxica, ya que a menudo lo decisivo resulta ser la dosis. Las substancias activas de ciertas plantas medicinales (alcaloides, glucósidos) son violentos venenos para el organismo humano. Sin embargo, cuando se toman en dosis medicinales, actúan como remedios muy beneficiosos para el hombre. Hasta la recolección y la preparación de estas drogas deben ser realizadas por un especialista, y no hablemos de la terapéutica, que evidentemente está reservada para el médico.
Las plantas medicinales venenosas presentan además la curiosa propiedad de no tener siempre la misma riqueza de venenos. Todo depende de la estación del año, de la hora del día, de la intensidad de los intercambios metabólicos y de otros factores. Parece como si esos venenos fueran substancias inútiles para la vida de la planta, a pesar de que no pueda ponerse en duda su efecto defensivo. Cuando, por ejemplo, el pequeño coleóptero Epitryx atropae actúa sobre las hojas de la belladona, los alcaloides que ella contiene pueden llegar incluso a cuadruplicarse.
Hoy día, las plantas medicinales venenosas importantes desde el punto de vista farmacéutico, son cultivadas en gran escala en parcelas especiales (digital, adormidera, cáñamo, solanáceas, cornezuelo). Hay además ciertos métodos para aumentar su rendimiento en substancias activas: cultivo de variedades seleccionadas por su alto contenido de venenos, preparación específica de las drogas.
La planta puede también concentrar sus venenos en alguna parte determinada de su estructura: hojas, raíces. Hasta la patata es una planta tóxica si se consideran sus flores y sus hojas jóvenes; por el contrario, sus tubérculos son totalmente inofensivos y constituyen un producto alimenticio de primer orden.
Es necesario tener gran prudencia durante la recolección y el tratamiento de las plantas venenosas o altamente activas. Es preciso también conocer los principales antídotos y las normas de primeros auxilios en caso de envenenamiento. Se tratará ante todo de determinar, en la medida de lo posible, cuál es la especie vegetal absorbida. En cualquier caso se evitará la difusión del veneno por el organismo. El enfermo deberá mantenerse tranquilo, de forma que se limiten lo más posible los intercambios metabólicos en su organismo, sobre todo cuando haya riesgo de parada cardíaca o parálisis respiratoria. En todo caso se recurrirá inmediatamente al médico.
El objetivo principal de los primeros auxilios será la eliminación de las substancias tóxicas mediante un lavado de estómago o empleando productos absorbentes. Como norma se intentará provocar el vómito, bien de forma mecánica (introducción del dedo en la garganta) o bien utilizando eméticos (agua caliente, aceite), a veces también con un laxante o una lavativa. Cuando el envenenamiento produzca por sí mismo la diarrea, no se administrarán laxantes, sino por el contrario substancias que posean una gran capacidad de absorción, como el carbón animal (carbo medicinalis, carbo animalis) y a veces el óxido de magnesio (magnesium oxydatum colloidale).
En cualquier caso, constituye un buen antídoto la mezcla de dos partes de carbón animal, una parte de ácido tánico y otra parte de óxido de magnesio (magnesio anhidro). La mayor parte de los venenos vegetales (alcaloides) precipitan por la acción del ácido tánico, por lo que es aconsejable dar un té de China muy concentrado, incluso negro. Si el envenenamiento es causado por la belladona (Atropa belladonna), una planta sumamente venenosa, los remedios que se extraen de ella sólo pueden ser prescritos por el médico.
Si el envenenamiento se debe a un veneno liposoluble, se recomienda la administración de leche. En caso de debilidad o desfallecimiento cardiaco, se administrará un café solo muy concentrado. Los fuertes dolores de vientre y los cólicos se aliviarán con compresas calientes.
Algunos venenos vegetales actúan instantáneamente, mientras que otros lo hacen a medida que se van produciendo las alteraciones bioquímicas en el organismo, como en los envenenamientos por setas, casi siempre por amanitas.
En caso de duda, se llamará al médico y se administrarán los primeros auxilios. El médico, por su parte, practicará un lavado de estómago y prescribirá antídotos eficaces, así como remedios que estimulen la circulación y la actividad cardiaca.