Saxifraga rotundifolia L.
Planta herbácea perenne que posee una roseta basal de hojas redondeadas, dentadas, peludas y de color verde pálido, dotada de largos y fuertes tallos. Estos llevan hojas y pelos dispersos. Sus flores, con manchas amarillas en la base y cubiertas de otras características manchas rojas hacia la punta de los pétalos, se agrupan en panículas sueltas. Los frutos son cápsulas. La especie Saxifraga rotundifolia crece en los lugares húmedos y sombreados de montaña, por ejemplo, en las florestas mixtas, debajo de los arbolillos y al borde de los ríos, en todo el centro y sur de Europa. Su uso medicinal remonta al siglo XVIII, época en la que fueron descubiertas sus propiedades diuréticas y expectorantes.
Con fines medicinales se recolectan sus sumidades (herba saxifragae), cortando a mano la parte superior del tallo. Después de un secado rápido a la sombra, por medio de una corriente de aire, o en secadero, se conservan las plantas en recipientes cerrados. Contienen taninos, un jugo amargo, resina y glucósidos. Se emplean por sus excelentes virtudes diuréticas, y tienen una acción favorable sobre la disolución de cálculos renales y urinarios. Para ello se prepara una infusión a razón de dos cucharaditas de partes desecadas y cortadas por cada taza de agua, con el fin de tomarla dos o tres veces al día. Sin embargo, se emplea más corrientemente la planta como componente de tisanas mixtas, junto con la menta, la celidonia, la lengua de pájaro y el cardo mariano.
Una saxifraga afín, Saxifraga granulata, de flores blancas con vetas verdes (ver figura, arriba a la izquierda), ofrece las mismas propiedades y también se recolecta. Algunas otras saxifragas son ornamentales.
Época de floración: V-VII
Cosecha: sumidades V-VII