(Plantago lanceolata L.)
Planta herbácea perenne con una roseta de hojas lanceoladas acanaladas. Las flores forman una espiga cilíndrica. El fruto es una cápsula disperma. La especie está extendida por Europa y Asia, sobre todo en los linderos de los campos, en las praderas, en los pastos, en terrenos baldíos y en jardines. El consumo medicinal se abastece de los cultivos en huerta o en pleno campo.
Se recolectan sus hojas (folium plantaginis), que se ponen a secar en capas finas, a la sombra o en secadero a 40° C como máximo, las cuales no deben oscurecerse. Entre las sustancias que contienen, las más importantes son la catalpina, mucílagos, carotenoides, enzimas, el ácido silícico y el glucósido aucubina, que se encuentra en una proporción de hasta el 1,8% y que, al ser inestable, provoca el oscurecimiento de las hojas.
El llantén es un remedio seguro en el tratamiento de las vías respiratorias superiores, pues resulta expectorante y al mismo tiempo protege las mucosas (expectorans y mucillaginosum). Contra la tos, la tosferina, la ronquera, el catarro bronquial, etc., se emplea una infusión preparada con 1,5 g de hojas secas que se toma una sola vez. Contra la tos infantil se recomienda un jarabe de llantén (sirupus plantaginis), compuesto de jugo espesado y azucarado con miel o con azúcar.
Las semillas enteras son un eficaz e inofensivo laxante. Se pueden aplicar compresas de hojas de llantén frescas y machacadas sobre las hinchazones, contusiones, heridas infectadas, quemaduras y picaduras de abejas o de avispas. Se utiliza el jugo de llantén en gargarismos contra las amigdalitis, así como en baños oculares.
En la figura inferior se comparan las hojas de P. lanceolata, P. media y P. major, situadas de izquierda a derecha.
Época de floración: V-IX