Pinus sylvestris L.
Pinaceae
Gran árbol resinoso, abundante en las llanuras de suelos ligeros y arenosos. La corteza de su tronco y de sus ramas, que inicialmente es rojiza y más tarde gris parduzca, se presenta profundamente agrietada. Sus hojas aciculadas son largas, de color verde oscuro, brillantes y agrupadas en manojos de dos en dos.
Se trata de una especie de flores monoicas; las masculinas se agrupan en amentos situados en los extremos de las ramas, y las femeninas forman conos rojizos. Al madurar, los conos dejan escapar las semillas. Todo el árbol está cargado de resina, la cual se extrae a gran escala en zonas delimitadas.
Con fines medicinales se recolectan los brotes jóvenes (turio pini sylvestris) a mano, en primavera, cuando aún se hallan cubiertos por sus oscuras escamas. Su recogida está regulada por una reglamentación oficial, y solo puede efectuarse sobre árboles talados. Se ponen a secar los brotes en finas capas, a la sombra, en un lugar bien ventilado. Desprenden un fuerte olor a resina y deben ser conservados en recipientes bien cerrados.
Contienen un aceite esencial (oleum pini), ácidos grasos, resina y abundante vitamina C. Al ser estas sustancias nocivas para los riñones, son poco utilizadas de forma interna. Exteriormente, entran en la composición de mezclas para inhalaciones, baños y cataplasmas contra los reumatismos, las erupciones cutáneas y las úlceras. La resina de pino se añade también a los ungüentos y a los apósitos destinados al tratamiento de los reúmas articulares, las contusiones y los sabañones. El polen sirve para espolvorear los pruritos y entra también en la composición de curas rejuvenecedoras.
El dibujo inferior muestra, de izquierda a derecha, las hojas aciculadas de P. strobus, P. nigra, P. sylvestris y P. mugo.
Época de floración: V
Cosecha: brotes III-IV